Tomás Borga

La tarde de sábado nos encontró en la Asociación Reserva Natural Granadero Baigorria, donde entre unos mates y sumamente distendido, conversamos con Tomás Borga reciente campeón sudamericano de canotaje de velocidad.

Con una excelente performance deportiva Tomás Borga se consagró Campeón Sudamericano de Canotaje en K1 200 metros y en K4 200 metros. Obteniendo además medallas de plata en K1 500 metros y K4 500 metros.
Tomás formó parte del Seleccionado de Argentina luego de pasar por un selectivo a nivel nacional, en el que según el rendimiento individual se puede clasificar o no, siendo una competencia tan exigente como el sudamericano. Pero vamos a su historia y sus comienzos. La primera competencia internacional fue a los 15 años en categoría Junior en los Panamericanos, hoy con 23 años ya lleva 7 sudamericanos corridos en pista, dos panamericanos y 4 mundiales, Alemania, Canadá, Hungría y Rumania. Siendo uno de los palistas argentinos con mayor experiencia en la categoría.
De una gran calidez para narrar sus logros entre los que se cuenta un Premio Clarín como Revelación Deportiva 2011, nos desgrana las formas de entrenamiento y las ganas que le pone a sus estudios, como así también, pese a lo que implica la alta competencia, el lograr permanecer 6 años en una relación de novios.
El 2015 y 2016 lo encontró fuera del circuito dado que estaba agotado de las concentraciones y los viajes a Buenos Aires. Vale aclarar que las mismas y los entrenamientos los realiza en el Enard (Ente Nacional de Alto rendimiento Deportivo).
Terminados sus estudios técnicos comenzó en el Superior de Comercio de Rosario, una carrera terciaria en Economía donde aprobó todas las materias y a fin de año emprendió nuevamente la dura tarea del entrenamiento y a remar todos los días.
Siempre empujando y entrenando con los medios que dispone, el 2016 lo pasó sin la beca que reciben mensualmente los deportistas ya que había decidido renunciar a ella y no estaba más en el seleccionado. Éste año 2017 entrenó nuevamente bajo la modalidad de becario en función de sus ranking en la categoría sub 23 y aspirando a Senior para lo que resta del año. Como cuenta Tomás, éste año “me tiré al selectivo y logré clasificar para ir al sudamericano de Colombia” El joven palista cosechó oros y platas en el sudamericano de Velocidad Senior y Junior 2017 disputado en Paipa, Bocayá, Colombia del 21 al 23 de abril.

SU VIDA, SU PASIÓN Y LO COTIDIANO

“Yo desde que comencé a entrenar en la Selección entendí que ya no era un chico como los demás, no tendría una vida como las de las personas que no hacen deportes de alta exigencia”. “Cuidarse en las comidas, tener una conducta a la hora de salir, saber cuándo se puede estar más relajado o no, dejar de ir a un cumpleaños de un amigo cuando se acercan las competencias forman parte de mi vida” nos explicaba Tomás.
La forma de vida que eligió lo lleva a acostarse temprano, no salir, cuidarse en la dieta. En la semana cuando realiza lo que llama  “Carga” lo deja exhausto luego del entrenamiento en tres turnos de lunes a sábados. Sumado al sacrificio físico, a Tomás lo preocupa también la situación económica actual y a futuro ya que no solo depende de las becas que recibe y que obedecen de acuerdo al resultado el monto percibido, sino también que le depara el destino en unos años. “La beca ayuda, pero después tenés gastos de suplementación, traslados, gastos de las cosas que hacen a lo cotidiano. Yo agradezco que vivo con mis viejos y ellos no tienen problemas, pero si yo hoy tuviese que vivir con la beca del sudamericano sólo, no podría”, aclara.
El mayor dilema para Tomás es el “concentrado”, “son tres semanas concentrado y una en tu casa, y la que estás en tu casa también remas y a mí me cuesta mucho porque siempre estuve muy pegado a mi familia, a mi novia y a mis amigos y me tengo que ir tres semanas a Buenos Aires con gente que no son tus amigos, estás con ellos porque son los más rápidos pero no somos amigos y eso me pone mal muchas veces”.
Para el joven palista la carrera universitaria es un compromiso y un sacrificio, “no estás allá, pero tampoco estoy acá”, nos cuenta “y no se puede hacer una carrera de esa manera. Todo es sacrificado, pero amo lo que hago, me encanta estar acá en la Reserva, entrenar acá con los amigos. Me he replanteado qué hacer a futuro, con la beca, el día a día lo zafas pero el día que deje de remar, no tengo experiencia laboral y si no me pongo a estudiar no tendré estudios y nadie me vendrá a buscar para ofrecerme un trabajo porque fui a los mundiales”.
Ante la pregunta sobre el amor y su novia nos cuenta que en verdad es un afortunado, “como el padre, mi suegro Daniel Arroyo hace remo de toda la vida ya sabe del sacrificio y como es la cosa del entrenamiento, cuesta a veces pero siempre me hace el aguante”

ENTRENAMIENTO

Dentro del Enard todo comienza bien temprano los lunes dependiendo si es verano o invierno. Desayunan y a la mañana hacen dos turnos de agua, el primero a las 8:30 hasta las 10, descansan media hora y hacen el segundo turno hasta las 12 hs. Almuerzan y luego al gimnasio dos horas de pesas y más tarde a correr para aflojar. Los martes otra vez la misma rutina y los miércoles 3 turnos de agua mas gimnasio y correr. Jueves repiten lo que hicieran el lunes, viernes de igual manera y sábado dos turnos. “Para mí esto es mi vida, yo vuelvo acá y te diría que me gusta más entrenar en la reserva. El momento que más feliz creo que fue cuando teníamos un equipo acá con mis amigos, mi hermano y los compañeros de club, siempre tuvimos un equipo fuerte a nivel nacional en el medallero y si me preguntas, siempre me gustó entrenar con ellos y mi entrenador, prefiero esto que estar en el concentrado, el concentrado es muy monótono”. Típico joven de río, amante de la naturaleza y los amigos, Tomás aprendió que es parte del entrenamiento y los resultados el sacrificarse, por eso pese a que sueña con entrenar en su Reserva Natural, como la llama, lo hace comprometido con el futuro que le depara la carrera deportiva que eligió ya pensando en entrenar para la categoría Senior.

PH: Gustavo Abbate | Txt: Germán Hess