Sarahah, Whisper y Voxed: Las redes sociales anónimas de moda entre los más jóvenes

En busca del anonimato que espacios como Facebook o Instagram no pueden darles, los adolescentes los adoptaron para compartir opiniones o mensajes sin exponer su identidad.

Una de las cosas más interesantes que nos daba Internet en sus inicios, era el anonimato. Ya sea desde una sala de chat o de un mensaje de ICQ, eran pocos los que decían quiénes eran realmente, utilizando para ello un Nick que los identificaba solamente en la gran red de redes. Lamentablemente el auge de las redes sociales y la obligatoriedad de decir quiénes somos,  llevó primero a identificar con nombre y apellido a cada persona que estaba en Internet, y posteriormente, a que padres, madres, tíos y abuelos las utilizaran. En busca del anonimato perdido, primero llegó Snapchat con los mensajes efímeros y luego de su popularidad, las redes sociales anónimas encontraron un nicho justo en los adolescentes, que querían decir lo que pensaban sin que nadie sepa quién era realmente el que lo decía.

Directamente desde Arabia Saudita, la primera en nuestra lista es Sarahah, una red social anónima que nació en 2016 de la mano de un joven de tan solo 29 años llamado Zain al-Abidin Tawfiq. La misma empezó como una web que tuvo como primer objetivo, que los empleados pudieran hacer comentarios anónimos a sus jefes. Muy pronto Zain se dio cuenta que los usuarios no querían solamente hablar de sus jefes, sino también estaban interesados en dejarles mensajes a sus amigos, familiares y conocidos de manera anónima, sin que haya consecuencias. Sarahah permite a cualquier usuario crear un perfil, añadir a sus contactos y luego comentar en los perfiles/publicaciones de tus contactos de forma anónima, pudiendo ellos hacer lo mismo en tu perfil y en tus publicaciones. Lo que no se puede en este caso es responder a los mensajes, sin importar si son de amor o de odio. El hecho de basarse en los contactos de nuestro teléfono, permite que sea un arma muy propicia para hacer bullying. Tiene versión tanto para Android como para iOS.

De manera similar a la vieja web “tu secreto”, Whisper permite generar salas de confesionario donde los usuarios publican una confesión y la misma puede obtener “Me gusta” o ser respondida con otra imagen con texto. Creada por Michael Heyward junto con Brad Brooks en 2012, la misma tuvo como principal objetivo el darle al usuario la libertad de expresarse libremente como en la Internet anterior a la era social. A diferencia de Sarahah, se trata más de un espacio de desahogo donde podemos contar lo que no nos animamos a decirle a nadie. Si bien permite generar grupos o unirnos a uno, también se puede optar por estar afuera de todo y leer las confesiones más populares o las que se hayan publicado cerca nuestro. Al igual que Sarahah, Whisper viene con versiones para Android y iOS.

Finalmente nos encontramos con Voxed, como una mini red social anónima creada por Sebastián Curuchet Peluso de 22 años, después que lo expulsaran de Taringa por violar los términos y las condiciones de uso. Este mix entre la posibilidad de crear y comentar contenido de forma anónima y la no existencia de límites, llevó a que Voxed creciera rápidamente y hoy tenga una red extensa de seguidores autodenominados «voxeros». Recientemente tomó protagonismo por el mensaje que habría publicado la estudiante que se disparó en el Colegio Nacional de La Plata a principios de agosto, donde incluyó una imagen y detalles escalofriantes sobre lo que iba a hacer. Fue leído y hasta recibió comentarios, pero nadie se lo tomó en serio.

En Voxed, los usuarios (que en su mayoría se conocen) organizan “raids”, es decir que se ponen de acuerdo entre varios, para acosar virtualmente a alguien. Puede ser a una ex novia o a un famoso, puede ser sólo publicando burlas con imágenes de la persona o filtrando información privada. La gracia es que todos, al mismo tiempo, hagan bullying. Esto es lo que la pone en el ojo de la tormenta a la misma y a su creador, pudiendo en un futuro no muy lejano, ser cerrada permanentemente  por orden judicial.