El Club Remeros Alberdi cumplió cien años. Pasó un siglo desde aquella noche del 11 de marzo de 1919 en donde un grupo de deportistas, ex asociados en su mayoría del viejo Rosario Rowing, se reunieron en la sede que el club Gimnasia y Esgrima tenía en la calle Corrientes al 900 para realizar una asamblea constituyente en la que se libró el acta de fundación del nuevo club, en que primariamente se practicó solamente canotaje y natación en aguas abiertas. Años después, llegarían otros deportes que serían importantísimos en la vida del club.
El día de la asamblea se propusieron tres nombres para denominar a la nueva institución, “Club Internacional de Regatas”, “Alberdi Boat Club” y “Club Remeros Alberdi”, designación ésta que luego de ser sometida a votación ganó por amplia mayoría.
La primera comisión directiva del Club Remeros Alberdi, elegida esa misma noche, fue integrada por Francisco Beristain, presidente; Aníbal C. Clérici, vice; Juan Leyssen, secretario; Raúl E. Cuenca, prosecretario; Gustavo Deurer, tesorero; Pedro Goyenechea, capitán; Tomás Nario, subcapitán; Joaquín Lagos, Marcos Traverso, Andrés Casareto, Fernando Casals y Santiago Casanova; vocales titulares; y Gustavo Giacagli, Percy Bisson, Oscar Noceti, Patricio Henning y Rodolfo López, vocales suplentes.
En la zona norte de la ciudad, en lo que por entonces se denominaba Pueblo Alberdi y donde la aristocracia rosarina tenía sus casas de fin de semana, a los pocos días de fundarse el club, comenzaron los primeros trabajos de construcción de la sede, en el terreno ubicado sobre el río Paraná entre la Bajada Puccio (que todavía era una calle de tierra) y Freyre. La plaza Santos Dumont aún no existía.
Y fueron los mismos socios los que se dedicaron de lleno a hacer realidad su sueño. No sin sacrificio, poco a poco fueron levantando un edificio que, por sus características arquitectónicas, se constituyó en un motivo de orgullo para la ciudad.
El nuevo Club fue reconocido como afiliado en la Asociación Argentina de Remeros Aficionados y se le concedió los colores azul y gris perla. Exhibiendo ya sus colores distintivos, el 11 de noviembre de 1919 Remeros Alberdi compite en las regatas Internacionales del Tigre y más tarde en la organizada por el Club de Regatas San Nicolás. El 31 de octubre de 1920 obtiene, en la copa Rosario Rowing Club, su primer triunfo; mientras que el 20 de marzo de 1921 Ana Luisa Fornaso gana la carrera de “canoa simple”. Ese mismo año, en el mes de noviembre, en la Tercera Regata Interprovincial las socias Novero, Walmisley, H. Deber, M. Deber y Poggi como timonel, vencen en la carrera Novicios para Señoritas, ganando la copa Matilde Ignacia Infante.
Remeros Alberdi comenzaba a escribir con trazos más gruesos su historia.
En los Juegos Olímpicos de Paris de 1924, Argentina participa por primera vez como delegación, de la que un socio del club, Justo Pellejero hijo, formó parte. Dicha designación fue “la consagración de la excelente escuela de remo que practica nuestra Institución”, como se destaca en la Memorias de la institución.
Con el correr del tiempo, fueron cobrando impulso otras disciplinas, como el tenis, que hasta el día de hoy es uno de los deportes más practicados.
EL EMPUJE, UNA MARCA REGISTRADA
Mil novecientos sesenta y tres fue un año fatídico para el club. Un incendio destruyó casi totalmente el predio. El fuego devoró todos los botes, los de carrera y los de paseo pero el esfuerzo de los dirigentes y de todos los socios les permitió resurgir de las cenizas, con instalaciones más seguras. El depósito de los botes está en el subsuelo, que está unido a la playa por dos amplios túneles de más de cien metros de largo que evitan que los socios deban cruzar la avenida de la Costa para llegar hasta el río.
El edificio principal, propiedad del club, constituye una obra de significación arquitectónica e histórica para nuestra ciudad, que fue declarada de interés Cultural y Patrimonial de la ciudad de Rosario por la Municipalidad.
Actualmente en Remeros se practican remo travesía y competitivo, tenis y futsal, vela, natación, pelota paleta, vóleibol y danzas contemporáneas. También tuvieron su época el básquet. Mientras que el club también incursionó en el rugby y el hockey sobre césped donde dejaron su huella.
La Regata “La vuelta al mundo”, que este año disputará su edición número 36 (posiblemente La vuelta al mundo Centenario se haga en julio), está enmarcada dentro de las pruebas más tradicionales del país.
Con sus cien años a cuestas, el Club Remeros Alberdi no pierde su esencia de club familiar, que basa su crecimiento en el esfuerzo y el sacrificio, valores que los dirigentes de todas las épocas supieron trasladar en el tiempo hasta hoy.