Lejos de la televisión, el público sub 16 crece, se educa y consume contenido proveniente de otros usuarios que empezaron como ellos y hoy son elegidos como influencers por las grandes marcas.
Por Federico Picone / dotpod.com.ar
La presencia de YouTube en la vida diaria de miles de jóvenes y no tan jóvenes es innegable, al punto que pone en evidencia el fin de la era de la televisión, al menos como la conocemos. Lo que comenzó como un espacio para compartir videos, pronto fue tomando un contexto diferente, especialmente luego de ser adquirido por Google y buscar su modelo de negocio. Al igual que como ocurrió en su momento con los blogs, se le dio la posibilidad al mismo usuario de generar ingresos con el contenido que subía a la plataforma y fue justamente ahí, donde se inició una bola de nieve que hasta el día de hoy no tiene fin. Lo primero era jugarse a generar contenido y esperar que algún día, las reproducciones comenzaran a subir lo suficiente como para ser rentables. Por supuesto en estos casos, los que primero comenzaron son los que más fácil les resultó generar ingresos. En la segunda ola arrancaron los que al ver que otros ganaban dinero, ellos también querían hacerlo.
Pero ¿cuándo fue que todos estos usuarios de YouTube comenzaron a ser famosos? Básicamente cuando el Smartphone y particularmente la Tablet comenzaron a ser moneda corriente entre los más jóvenes. Primero en los adolescentes y luego en los más pequeños, que prácticamente no consumen televisión. Es así como hoy día tenemos miles de niños a lo largo y a lo ancho del planeta, replicando acciones de los YouTubers más famosos, para algún día, tener su porción de la torta.
Si analizamos como marca este fenómeno, tendremos que sí o sí tener que generar alianzas con los YouTubers más influencers de la masa colectiva, ya que lo que ellos realicen en sus videos, será replicado hasta el cansancio por sus fans, no solo en videos sino en la vida diaria, prácticamente un sueño para cualquier marca que se precie de tal.
Pese a todo, la relación entre YouTubers y seguidores no solamente se trata de ver y replicar. Muchos de los niños y adolescentes que siguen a YouTubers se ven identificados con ellos de alguna manera e incluso los toman de ejemplo, a la hora de hablar sobre sí mismos con sus pares y con sus padres, por lo que también se trata de un fenómeno social, que seguramente ayudará a muchos a expresarse o a decir lo que sienten con el mundo, en lugar de encerrarse en sí mismos.
Igualmente no todo es oro en esta plataforma. Digamos que muchos YouTubers pueden ser buenos para que los niños los consuman pero otros no tanto, además de que ninguno de ellos analiza el público al que va dirigido su contenido. Esto genera que muchas veces el lenguaje utilizado no sea el correcto o se hable de cosas que no corresponde con la edad de los usuarios que los consumen, aunque digamos que en este caso la responsabilidad correrá por parte de los padres que dejan verlos. Si bien es casi imposible analizar todo el contenido consumido, se puede establecer una restricción de edad, que al menos filtra lo que pueda ser dañino para los más pequeños.
Recientemente YouTube decidió dar la vuelta a la tortilla y comenzar a ofrecer una versión Premium sin publicidad por solamente $120 al mes. Un modelo que viene gestando durante algún tiempo y con diferentes nombres como “YouTube Red” por ejemplo, y que resulta una especie de mix entre Netflix y Spotify ya que permitirá consumir contenido propio de YouTube y música. De hacerse masivo, YouTube Premium puede significar el fin de los YouTubers como los conocemos, al menos en esta plataforma. Habrá que ver si mudan a otros espacios o no, al fin y al cabo el público ya lo tienen.