Se reunieron en Buenos Aires 23 Ministros de Finanzas y 14 Presidentes de Bancos Centrales de los países integrantes del G20.
Lo han hecho en un marco de la situación más volátil y de incertidumbre internacional desde la última vez que se reunieron en el pasado marzo.
La Directora del FMI Christine Lagarde, junto al anfitrión el Ministro Dujovne, respaldó las políticas llevadas a cabo por el gobierno argentino tras haber sido acordado el crédito stand by por 50.000 millones de dólares. Para lo que Argentina se comprometió a cumplir con metas fiscales, anti inflacionarios, y monetarias.
Los temas tratados estuvieron vinculados a riesgos y oportunidades de la economía global. El trabajo y la infraestructura para el desarrollo. Estos fueron puestos en la mesa como prioridades por Argentina que ostenta en la actualidad la presidencia protempore del organismo multilateral.
Una pregunta que uno siempre se hace es porque las cesiones y discusiones se hacen a puertas cerradas. Porqué no se transmiten íntegramente por la tv pública. Deberíamos tener una ley que obligue a todos los funcionarios de turno a que todas las participaciones de Argentina en cuestiones internacionales, tanto sean bilaterales como multilaterales, sean de orden público y todas sus negociaciones puedan ser seguidas en vivo y en directo por cualquier ciudadano y/u organización que así lo desee. Son compromisos demasiado importantes y que generalmente comprometen muchos gobiernos y hasta generaciones, para que uno solo en su legítima actividad ejecutiva se arrogue la facultad absoluta de comprometer los destinos y recursos presentes y futuros de nuestro país. De igual forma que lo han hecho gobiernos anteriores firmando contratos con cláusulas secretas.
Existía el temor que las reuniones se convirtieran en el escenario donde USA y UE continuaran dirimiendo sus actuales conflictos comerciales y si bien hubo algunos cruces, las cosas no se amplificaron con tal magnitud que pudieran haber ocupado el lugar central de la actividad.
Las reuniones de gobernanza económicas globales acordaron un crecimiento global del 4% para el año en curso y el mismo número para el año próximo.
Los ejes centrales de gobernanza rondaron el trabajo, sus nuevos modelos productivos, la informalidad existente, y el impacto de los cambios tecnológicos.
Otro tema de candente importancia hoy día es la Infraestructura para el desarrollo o lo que mejor podemos llamar los negocios de obra pública. Y ese gran interés manifiesto en este rubro se lo enmascara diciendo que es crucial para los países porque impulsa el crecimiento y la productividad. Es sin lugar a duda el rubro por el que hoy compiten las grandes empresas de los países centrales.
Otro tema de gran preocupación han sido las criptomonedas, que constituyen una gran amenaza dado que pueden ser la vía de escape para el lavado de dinero, la financiación del terrorismo y el narcotráfico, nadie sabe qué hacer con ellas.
Hubo coincidencia en dar un fuerte apoyo al Comercio Internacional y promover todas las acciones que faciliten y garanticen un comercio exterior transparente, equitativo y con reglas claras. Dando espacio para la inversión, la productividad, la innovación y el empleo.
El documento final consensuado señala que el crecimiento global permanecerá sólido y que el desempleo está en los niveles más bajos de la última década. Sin embargo reconoce riesgos de corto plazo e incremento de las vulnerabilidades financieras. Tensiones geopolíticas y comerciales, desequilibrios globales y desigualdad.
Se dejó expresado que las economías emergentes enfrentan volatilidad y reversión de flujo de capitales.
Con respecto al empleo todos respaldaron el menú de políticas públicas destinadas a hacer frente a los desafíos de la transición tecnológica.
Ahora bien también entre lo más importante estuvo el compromiso por fortalecer la red de seguridad financiera global con un FMI sólido, basado en cuotas y con recursos adecuados, implementando una fórmula que resulte de las posiciones relativas en la economía mundial.
No escapó el tema tributario, dado que si bien es difícil pensar en incrementar impuestos, sobre todo en países como el nuestro que se consume casi la totalidad de los mismos en gastos corrientes, en especial en las provincias y municipalidades. No es menos cierto que también es muy difícil reducir la presión tributaria y por ello lo que acordaron es que hay que apoyar un sistema tributario moderno que luche a brazo partido por disminuir la evasión o por incrementar la recaudación, de manera coordinada, por ejemplo poniendo el énfasis en temas como la erosión de las bases imponibles. En tal sentido convocan a firmar un convenio de asistencia administrativa mutua en asuntos fiscales que permita intercambios automáticos de información financiera con fines tributarios. Y como frutilla del postre dan la bienvenida a la Academia Latinoamericana para la investigación de delitos tributarios en Buenos Aires.
Lo más importante para los gobiernos y sus aliados poderosos es un sistema financiero donde el despliegue de capitales privados sea sustentable y que se facilite y a la vez garantice la utilización de los servicios financieros globales.
En síntesis Negocios Financieros, Obra Pública y su financiamiento, más o mejor presión tributaria.
Y el gran ausente las PyMEs y la productividad que de ellas deviene. Pero eso ¿a quién le importa?