Para muchas mujeres las manos se transforman en un signo del paso del tiempo difícil de ocultar, cuando las venas pronunciadas – producto de una conjunción de procesos como el afinamiento de la piel y la inflamación de los vasos – aparecen.
El aspecto envejecido de las manos era una preocupación que parecía no tener solución hasta el momento, debido a que la extirpación o esclerosis de esas venas están contraindicadas, dado que comprometen la correcta circulación. Sin embargo, el avance en los tratamientos estéticos, con una tendencia a ser mínimamente invasivos, nos ofrece una solución para este tipo de problemas, con un método que provoca la autoreparación de las venas en lugar de extirparlas.
La flebología restaurativa, que se utiliza con éxito en el tratamiento de várices de todos los tamaños en los miembros inferiores, es el único procedimiento que resuelve fácil y naturalmente este antiestético signo de envejecimiento.
Este tratamiento, perfeccionado en nuestro país por el médico flebólogo Dr. Miguel Ángel Gramajo Booth, consiste en aplicar, mediante inyecciones prácticamente indoloras, una fórmula de sustancias naturales que no anulan la funcionalidad de las venas – como en el caso de las sustancias esclerosantes, que tienden a secar ya anular la vena, sino que en este caso se produce la disminución del diámetro y el refuerzo de las paredes de las mismas dejando inalterada la circulación.
Son necesarias apenas 1 a 3 aplicaciones, que duran sólo minutos, para lograr el resultado. El intervalo entre aplicaciones es de 2 semanas y no se entorpece en absoluto el uso cotidiano de las manos.