El tango en su máxima expresión volvió anoche a los escenarios internacionales en el imponente Teatro Griego de Barcelona, donde tuvo lugar el primer show de este tipo en tiempos de coronavirus, de la mano del bandoneonista y compositor argentino Marcelo Mercadante y su Sexteto.
«La música en vivo es irremplazable»; con estas palabras cargadas de emoción Mercadante celebró el regreso del tango a nivel mundial pese a las limitaciones impuestas por la pandemia, que obligó a restringir la capacidad del anfiteatro barcelonés con el objetivo de garantizar el distanciamiento social.
El Festival Grec de Barcelona, una cita obligada en la agenda cultural del verano en la ciudad condal, fue el primer evento en Europa en confirmar su realización y lo hizo garantizando medidas de seguridad acordes con la etapa de la llamada «nueva normalidad» en la que se encuentra España desde finales de junio, tras haber logrado controlar el primer gran brote local.
Emplazado en la colina de Montjüic, el anfiteatro de estilo griego acoge a 2.100 personas en sus butacas; una capacidad que fue reducida en un 30%, sin que esto tuviera un impacto en la especial atmósfera creada entre el público y los artistas, quienes fueron ovacionados en varios momentos del show.
A pesar de lo inédito de la situación, difícil de obviar, gracias a la música hipnotizante del Marcelo Mercadante Sexteto los asistentes no se movieron de sus asientos durante las dos horas que duró el espectáculo.
Más allá del uso obligado del barbijo o tapabocas, la entrada organizada de forma escalonada, el hecho de que cada espectador se encontrara rodeado por enredaderas colocadas entre las butacas para garantizar el distanciamiento y las referencias ineludibles a la situación de pandemia, el concierto fue completo desde el punto de vista artístico.
La música, el baile y el canto, con Miguel Poveda -representante del flamenco más depurado y moderno hecho en Cataluña- como voz invitada, hicieron que la «Nit de Tango» (Noche de Tango) -un show siempre muy reclamado en la programación del Grec- fuese una experiencia conmovedora.
Con Marcelo Mercadante en el bandoneón y dirección, Analía Carril en la voz, Olvido Lanza al violín, Juan Esteban Cuacci en el piano, Emiliano Roca en el contrabajo y Javier Feierstein en la guitarra eléctrica, la orquesta de tango desplegó su concierto «Todo ayer, todo hoy», un viaje entre el pasado y el presente, interpretando composiciones propias y clásicas del género.
Sobre el escenario, acompañó la pareja de tango argentino-italiana formada por Claudio Hoffmann y Cinzia Lombardi, habitual en los escenarios de Europa.
Mercadante, nacido en Buenos Aires y afincado en Barcelona desde hace casi 30 años, se formó con grandes como Rodolfo Mederos, Néstor Marconi, Julio Pane o Juan José Mosalini, y crea sus piezas con el escritor y poeta argentino Pablo Marchetti.
Entre sus creaciones figura «Leo en el Paraíso», un tango que escribió para su hijo con el que deleitó al publico barcelonés, cautivado entre sus tangos modernos y clásicos como «Cambalache», de Enrique Santos Discépolo, una de los primeras interpretaciones del show con la potente voz de Analía Carril.
El tango «Uno» de Discépolo y Mariano Mores fue otra de las canciones que sonó en la noche del Grec, antes de que el cantaor Miguel Poveda, amigo y colaborador de Mercadante, irrumpiera interpretando con su voz estremecedora «Sus ojos se cerraron», del gran Carlos Gardel, elevando aún más el espectáculo.
Poveda incluso cantó un tango en catalán, su lengua materna, para sorpresa de más de uno en el público.
No por casualidad Barcelona se hace llamar la «tercera patria del tango»; Carlos Gardel tuvo tres largas estadías en los años 20 en la ciudad en su camino a París y desde entonces la actividad tanguera siempre fue muy intensa. De ahí la apuesta de esta coproducción entre el Festival Grec y la productora argentina Zoomin para inaugurar la agenda cultural internacional poscoronavirus.
Tras pasar por otros clásicos como «Todo ayer», del compositor Cátulo Castillo -«uno de los mejores de la historia», según apuntó uno de los músicos desde el escenario-, Analía Carril y Poveda compartieron «El corazón mirando al sur», de Eladia Blazquez, en el que fue uno de los momentos más nostálgicos de este retorno internacional del tango.
Agencia Télam – Cecilia Guardati