El filme argentino «Corazón loco», protagonizado por Adrián Suar, Soledad Villamil y Gabriela Toscano que se estrenará el próximo miércoles 9 por la plataforma Netflix, fue definida por su director Marcos Carnevale como «una comedia que roza el drama y el thriller con mucho color local».
En el filme, Suar es Fernando Ferro, un prestigioso traumatólogo, que tiene una existencia normal y feliz, pero debajo de esa fachada, tiene dos vidas, de lunes a jueves, su esposa es Paula (Toscano) y de viernes a domingo, Vera (Villamil). Vive en Mar del Plata pero también en Buenos Aires. Tiene dos autos, dos trabajos, dos casas, hijos y perros.
La trama del filme que tiene su estreno demorado desde marzo a raíz de la pandemia y que ahora se lanza directamente a través de Netflix, toma un giro dramático cuando ambas mujeres se enteran del engaño que vienen sufriendo desde hace años.
Suar charló con Télam junto al director y guionista Carnevale, y contó que se trata de «una historia que tenemos hace muchos años con Marcos y el desafío mayor era hacer querible, desde la pluma de Marcos y la interpretación de todos los personajes de la película, hacer empático este personaje. Los dos estábamos seguros,que como lo escribió yo sabía que le iba a meter el cuerpo con humor».
Suar dijo que al momento de abordar la trama tomaron recaudos porque «la mirada ahora es ‘qué vas a hacer, ojo que no hables de la mujer, no hables de esto, no quedes mal’. Eso te ata un poco y en ese sentido estoy en contra de eso, porque el arte te puede gustar más o menos y un bígamo no lo inventó ni Marcos ni yo, muchos conocen esos casos. Se sabe, es común».
Mientras que Carnevale aclaró que «lo que sí cuidamos es no hacer una bajada de línea, no hacer una película machista ni feminista. Lo que hicimos es mostrar, no tomar partido por nadie y el juicio lo aplican las chicas a partir de la estafa moral que ellas reciben de este bígamo que les miente. Ese es el peor pecado que comete el personaje de Adrián, mentirles. Más que tener dos familias, primero mentirles».
«A partir de eso -añadió el cineasta- las chicas aplican el castigo al sorete. La idea es tirar un tema y ver ahora con el cambio de paradigma estas distintas formas de amor que hay. Creo que hay personas capaces de amar como ama Fernando Ferro, pero desde un punto de vista psicoanalítico o es un perverso o un psicópata que no sabe que lo es pero genuinamente siente amor por estas dos chicas. No es un vivo que tiene una minita acá y una mujer oficial, es de verdad».
«Por eso creo que a lo largo de la película lo querés. Algunas mujeres han visto la película y me han dicho que hasta un poco de lástima le dio al final pero está bien, tiene que terminar así, no se lo puede perdonar», resumió Carnevale.
Mientras que sobre la bigamia, Suar aclaró que «está puesta para la comedia y para contar una historia particular para un hombre que se divide y que tiene esta patología, que es un poquito psicópata».
Y en ese sentido el director de programación de eltrece y dueño de la productora Polka en crisis abundó que «yo no hubiese contado la historia de un pícaro que tiene un amante. No por prejuicio, sino porque es otra película. Lo que me gustó es que tiene una sola familia dividida en dos, que la termina de completar un poco con Gabriela y un poco con Soledad. Como dice Marcos, hay gente que se separa por falta de amor y acá lo que sobra es amor».
Para Suar, esa mirada, según arriesgó, «depende cómo te plantes para ver la película. El género de la bigamia, del pícaro, es un género en sí mismo. El picaflor, el bígamo, el que tiene dos mujeres o la mujer que tiene dos hombres. La trampa, la peripecia de la trampa. La literatura tiene millones, desde Shakespeare a miles en la televisión. Acá tratamos de jugar, nos divertía la comedia para poder hacer una ficción. Yo calculo que la gente se ríe porque lo acompañás, esa es la función de la película, el entretenimiento. Después al girar se transforma en un thriller comediado».
Sobre el punto de vista femenino, Carnevale detalló que «primero hicimos un gran trabajo del papel con las chicas, porque los autores del guión somos nosotros dos y somos dos varones, entonces a mí me importaba mucho la mirada femenina de ver si cuadraba bien. Yo escribo bien a las mujeres, pero una mujer lo escribe mejor que yo. Primero trabajamos en acomodar los textos, los conceptos, las ideologías de los personajes y después hicimos un trabajo de mucho ensayo con ellas. Esa escena del encuentro que tienen era muy difícil, pero tengo dos actrices exquisitas que la hicieron muy fácil».
Consultado acerca de la posibilidad de plantear la historia de una mujer bígama, Carnevale especificó que «en la operativa del bígamo es muy difícil que una mujer tenga hijos acá e hijos allá por una cuestión natural. Tendría que compartir también el hijo, es medio complicado. Yo conocía una azafata que tenía una vida acá y otra en Miami con maridos pero no tenían hijos, entonces ahí la armó bien».
El cineasta y autor de «Elsa & Fred» y «Corazón de león» entre 13 filmes, reconoció que las generaciones más jóvenes «viven libremente el amor, la sexualidad y no tienen rollo con nada. Esto es otra cosa, acá sí hay un compromiso y quizás la bigamia antes era más fácil de llevar a cabo porque no existían un montón de cosas».
Tanto director como protagonista coincidieron, además, en que ninguno de los personajes femeninos hubiera aceptado la bigamia planteada de antemano. «Por más que te rías porque desde afuera ves las peripecias y nosotros extremamos todo, es obvio que a nadie le gusta sentirse engañada de la manera que las engaña el personaje», concluyó Suar.
Télam – Adrián Mouján – Fotos: Gentileza/Alejandra López.