Aunque el próximo lunes 10 se cumplan seis años de su muerte, David Bowie se las sigue ingeniando para estar en los primeros planos, en este caso con una edición de lujo de “Toy”, el disco inédito de principios de este siglo en el que el artista británico había rescatado con su banda de entonces un puñado de canciones compuestas en los ´60, cuando todavía no había adquirido su nombre artístico y pujaba por hacerse un lugar en la intensa escena musical londinense.
Claro que como siempre ocurrió a lo largo de su trayectoria, no se trata de un lanzamiento ordinario, sino que se produce en un contexto que lo convierte en todo un acontecimiento artístico.
En esta oportunidad, la noticia reciente de la venta del rico catálogo del músico a la compañía Warner por parte de sus herederos y las celebraciones por el 75 aniversario de su nacimiento, que se cumplirá este sábado 8 de enero.
Y aunque “Toy” circulaba con un audio de mala calidad por internet desde 2011 por obra de un fan que filtró esas sesiones, y había sido dado a conocer de manera oficial el pasado 26 de noviembre en medio de una ambiciosa recopilación llamada “Brillant Adventure”, esta presentación de lujo, con 26 versiones alternativas como extra, le dan una entidad al disco que no había tenido hasta el momento.
Ocurre que desde hoy está disponible de manera independiente en una lujosa caja de tres CDs, seis vinilos y un libro de fotos; pero además con su portada original, en donde, de manera disruptiva, el icónico artista aparece con su rostro levemente deformado como si se tratara del eslabón perdido entre el mono y el hombre, y un cuerpo de bebé.
La historia de “Toy” se remonta al lapso que comprende los años 1999 y 2000, cuando Bowie participó del recordado ciclo del canal musical VH1 “Storytellers” y ofreció una memorable actuación en el mítico festival de Glastonbury.
Tras desempolvar en su recorrida musical para VH1 el tema “Can´t Help Thinking About Me”, tercer single de su carrera, grabado cuando todavía se hacía llamar David Jones (su nombre de nacimiento); y con la excitación del desempeño de su banda en el famoso festival, el artista consideró una buena idea refrescar en un formato actual aquellas canciones que habían pasado desapercibidas.
Aunque prácticamente a lo largo de toda su historia Bowie había dado forma a sus discos en experimentaciones en los estudios de grabación, esa vez optó por la vieja escuela de la banda tocando como si fuera un vivo.
Así, acompañado por la bajista Gail Ann Dorsey, el guitarrista Earl Slick, el baterista Sterling Campbell, el pianista Mike Garson y las coristas Holly Palmer y Emm Gryner, y con la producción del “todoterreno” Mark Plati, el recordado artista se animó por primera vez a echar una mirada a su lejano pasado.
Teniendo en cuenta que, incluso en su gran despedida de este mundo con “Blackstar”, Bowie siempre se caracterizó por anticipar el futuro, el resultado de “Toy” opera en un sentido distinto, pues no hay allí novedades conceptuales, aunque tampoco se trata de un disco en plan absolutamente nostálgico.
En todo caso, esta producción desliza algunos elementos –apenas perceptibles en algunos casos- que permiten vislumbrar a los futuros alter egos y sonoridades que iban a desfilar a lo largo de la trayectoria del hombre de la mirada bicolor.
Los coros en la introducción de “You´ve Got a Habit of Leaving” recuerdan a “Absolute Beginners”, “Conversation Piece” podría haber sido parte tranquilamente del disco “Hunky Dory” y en “Shadow Man” hay vestigios de Ziggy Stardust, por citar algunos ejemplos. Otros cortes como el mencionado “Can´t Help Thinking About Me”, la bella “The London Boys” o “Silly Boy Blue” presentan en cambio al Bowie “mod” de los ´60 que abría los shows de The Who.
Como se había anticipado, gran parte de las canciones que conforman este disco ya eran conocidas por haber sido incluidas en distintas publicaciones posteriores de Bowie, pero aquí aparecen con el vigor que le da la interpretación de una banda en vivo.
En la gran cantidad de tomas alternativas hay perlas como los arreglos de cuerdas hechos por Tony Visconti, un viejo conocido que volvía a ser parte del “universo Bowie”, o el violín de Lisa Germano en cortes en plan acústico.
“Toy” fue archivado en su momento por diferencias entre el artista y el sello Virgin, y fiel a su estilo Bowie optó por volver a mirar hacia adelante y se puso a trabajar en lo que sería “Heathen”, su disco de 2002.
Pasaron los años, algunas canciones fueron el lado B de varios singles promocionales, los cortes de “Toy” se filtraron en internet en 2011, Bowie siguió pensando en futuro con “The Next day” (2013) y el mencionado “Blackstar” que convirtió a su muerte en un hecho artístico, hasta que finalmente sus herederos vendieron su catálogo y Warner decidió darle nueva vida a este cuasi inédito.
En la quinta caja compilatoria “Brillant Adventure” (1992-2001) se entremezcló “Toy” pero ahora aparece de manera exclusiva -y con tomas alternativas que ofrecen la friolera de 38 cortes en más de dos horas y media de música- para festejar los 75 años del fundamental artista.
Para este sábado está previsto un concierto especial por streaming pago a través del sitio https://rollinglivestudios.com/, comandado por el pianista Mike Garson, del que participarán Duran Duran, Def Leppard, Noel Gallagher, Living Colour y los actores Gary Oldman y Ricky Gervais, entre otros, para celebrar los 75 años de Bowie.
Mientras tanto, quedaremos a la espera de más novedades de este artista, pues tenemos la certeza de que todavía no dio sus últimas palabras y que la riqueza de su obra aún guarda algunos tesoros que nos depararán más gratas sorpresas.
Por Hernani Natale – Foto: Candelaria Lagos – Télam