Directivos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) mantuvieron una reunión con el secretario de Trabajo de la Nación, Lucas Fernández Aparicio, con el objetivo de sostener y crear puestos de trabajo.
“La Pyme naturalmente no despide porque al tener poco personal mantiene una relación familiar y porque el costo es muy alto, pero en este contexto los balances no cierran”, sostuvo el presidente de la entidad, Gerardo Díaz Beltrán y pidió cambios en las jornadas laborales con reducción horaria y redistribución de tareas. Otro de los temas planteados fue la necesidad de generar herramientas que compensen los aportes patronales por zona, reconociendo las diferencias y dificultades del interior profundo. “Esto es fundamental si se tiene en cuenta que los acuerdos salariales se definen desde una óptica de las ciudades más desarrolladas y para una Pyme del interior resulta dificultoso asumir, hay que entender que son diferentes realidades”, dijo Díaz Beltrán.
Durante el encuentro en la Secretaría de Trabajo, el presidente de CAME, Gerardo Díaz Beltrán, junto al secretario general, José A. Bereciartúa, le manifestaron a Fernández Aparicio: “Somos conscientes del esfuerzo que había que hacer para sacar el país adelante y que iba a ser un año de ajuste, pero la Pyme no puede resistir mucho tiempo más”.
Con tasas altas, aumento de servicios, combustible y de insumos por la actualización del tipo de cambio y un incremento de la inflación y, en consecuencia, de los costos laborales, las pequeñas y medianas empresas enfrentan un difícil momento con 13 meses consecutivos de descenso de las ventas minoristas y 8 meses de la producción industrial. “Destacamos la voluntad de diálogo del gobierno que impulsa mesas de trabajo para encontrar soluciones y esperamos que este año se sancione una nueva ley Pyme que incluya reformas tributarias y laborales”, enfatizó el presidente de CAME.
La decisión del gobierno de modificar el programa de subsidios a que se conocía como Repro, por medio del cual ANSES generaba aportes estatales a las empresas en situación de crisis para el pago de salarios, preocupó al sector. “El gobierno dejó muy en claro que la estabilidad macroeconómica es un objetivo innegociable en sus políticas. Para los empresarios eso tuvo un enorme costo: caída en la actividad, pérdida de rentabilidad, descapitalización de nuestras firmas y todas las dificultades que estamos atravesando”, dijo Díaz Beltrán y agregó: “Cuando miramos hacia los meses venideros, esperamos que esta estabilidad lograda con tanto sacrificio comience a mostrar sus beneficios”.
“Acompañamos la visión de generar una cultura exportadora como política de Estado para impulsar el trabajo, porque esa es la salida que necesitamos, aunque quedará condicionada a las facilidades para acceder a créditos con tasas razonables y bajar el costo argentino”, concluyó el presidente de CAME.