Bitcoin: El furor de las criptomonedas llega a la Argentina

La moneda virtual alcanzó los U$S10.000 y se convirtió en la niña mimada de los inversores .

El bitcoin es una criptomoneda creada en 2009 por Satoshi Nakamoto, una persona anónima de la que todavía se desconoce su existencia, cuya particularidad era que solo servía para poder realizar operaciones en la red de redes. El término Bitcoin hace referencia tanto a la moneda como al protocolo y a la red P2P en la que se apoya. Las transacciones de los usuarios en bitcoin, se almacenan en blockchain, una especie de libro de contabilidad que consigue llevar de manera increíble la contabilidad de todo el sistema financiero, ya que no existen archivos que representen a los bitcoins. Es esta tecnología blockchain, la que permitirá reemplazar muchas cosas en el futuro: desde la tradicional nube de datos en manos de empresas como Google, pasando por el fondeo de proyectos de la economía real, hasta la actividad comercial de muchas empresas que esquivarán a los bancos y sus abusivas comisiones.

¿Qué es lo que mueve la demanda de bitcoins y de las demás criptomonedas? Su aceptación masiva empuja el precio, lo que básicamente quiere decir que la gran mayoría comienza a aceptarlo para realizar transacciones, como ocurre actualmente en la Argentina. Al mismo tiempo, cada vez más países la aceptan como moneda de curso legal, como ocurrió en marzo con Japón. Claro que también se enfrenta a la creciente demanda de hackers, narcotraficantes y dinero en negro en general, lo cual atenta con el objetivo de legalizarlo.

Un bitcoin se crea minándolo o se compra hecho. El único límite es que se sabe de antemano que no se crearán más de 21 millones y ya hay alrededor de 16 millones en circulación.

Cuando se tiene un bitcoin, se puede atesorar como reserva de valor o inversión especulativa, o utilizarlo para comprar muchos productos y servicios. Al hacerlo se lo puede fraccionar porque es divisible, admitiendo hasta nueve decimales.

¿Cómo se compran bitcoins? No se trata de una moneda sino de una propiedad u objeto y se los puede comprar en mercados (o exchanges), depositándolos en una billetera virtual (o wallet).

Una alternativa para almacenar los bitcoins es dejarlos en la propia empresa que nos hizo la compra, si es que dispone de un monedero de bitcoins, pero también se lo puede custodiar en una bóveda especializada a tal fin, como es el caso de Xapo, el mayor custodio de bitcoins del mundo. Como es un código alfanumérico único, también se lo puede tener en un papel escrito en nuestra casa o en una caja de seguridad. Para un poco más de seguridad que tenerlo simplemente escrito en un papel, existen aparatos llamados Trezor, donde se almacena el código digital del bitcoin con una medida de seguridad adicional, al estilo de un disco rígido externo.

Operativamente, es más barato comprarlo a través de una transferencia con una cuenta en el exterior, pero también se lo puede hacer domésticamente, aunque con comisiones elevadas a la hora de transferir el dinero de un banco a la cuenta personal. Bitex por ejemplo, es una empresa en la Argentina que lo hace, al igual que Satoshi Tango o Ripio: hay que abrir una cuenta en su sitio, dándose de alta por mail y luego adherir al servicio una cuenta bancaria local. Hay que enviar una foto del DNI, escanear una factura o algún servicio a nombre del titular y presentar algún comprobante de ingresos para justificar el origen de los fondos, es decir que actúa como un filtro previo. Luego, se debita el monto del banco y se paga con una transferencia en pesos. Cuando el monto transferido se acredita en la cuenta que se abrió, se acredita la cuenta de inversión y se realiza luego la compra del bitcoin o de cualquier criptomoneda en ese exchange o mercado.

La mayoría de las billeteras electrónicas ofrecen la posibilidad de usar la monedad directamente desde el celular para efectuar una compra.

La inminente reforma impositiva en Argentina permitirá incorporarlo como activo extranjero para tributar el 15% de las ganancias si es que se lo declara, porque hasta ahora no había obligación de hacerlo porque no estaba tipificado, lo que le da otro marco a la inversión a tener en cuenta.

En conclusión, los bitcoins y el resto de las más de 800 criptomonedas llegaron para quedarse y con el condimento de su uso masivo y la especulación en los mercados, por lo que siempre deberemos obrar con cuidado a la hora de invertir en ellas.

por Federico Picone / dotpod.com.ar