Darle batalla a ese diario malestar que provocan las várices es sin dudas una preocupación permanente para quienes las padecen. La sensación de pesadez, la picazón y el dolor se acrecientan y la pregunta es siempre la misma: ¿qué podemos hacer para aliviarlos?
Es cierto, existen varias opciones para enfrentar esas molestias pero la buena noticia es que hay algunas que además no requieren de grandes esfuerzos físicos ni de cambios drásticos en nuestra rutina. Muy por el contrario: cuidar la salud de nuestras piernas también puede convertirse en una experiencia placentera. El médico flebólogo e investigador Miguel Ángel Gramajo Booth, creador del método de Flebología Restaurativa, propone cuatro excelentes alternativas.
- AUTOMASAJES. Elijamos un espacio cómodo y regalémonos este momento de relax. ¿Cómo? A tomar nota porque la técnica es muy sencilla: los masajes deben realizarse de forma ascendente, comenzando por los pies y subiendo lentamente hasta llegar a los muslos. Resultará perfecto para activar la circulación de las piernas, ya que la sangre que se acumula en las venas empezará a movilizarse e irá fluyendo hacia el corazón. Es fundamental tener en cuenta que los movimientos no deben aplicarse sobre las várices directamente, sino en las zonas aledañas y que deben ser suaves. Para ello, es imprescindible no presionar con las yemas sino utilizar las palmas y los dedos en su totalidad. Para evitar la fricción, podemos usar además cremas o aceites.
- CAMINAR. No sólo es ideal para relajarnos y desconectar de nuestras preocupaciones, sino que esta actividad también nos permite fortalecer la musculatura de las piernas y es sumamente óptima para favorecer la circulación de retorno. ¡Muy importante! Debemos cuidar que el calzado elegido sea apropiado y cómodo. A equiparnos con auriculares y celulares cargados con nuestras canciones preferidas: ¡media hora por día es más que suficiente!
- BAILAR. Casi sin darnos cuenta, estamos haciendo ejercicio físico. Muy lejos de los deportes bruscos, una actividad aeróbica como esta es excelente para afrontarlas. Una experiencia divertida que no sólo incrementa nuestra fuerza muscular, flexibilidad y capacidad de resistencia, fortalece los huesos y nos permite quemar calorías, sino que también resulta perfecta para activar la circulación sanguínea. Zumba, salsa, bachata, danza jazz, reggaeton, las opciones son tan numerosas como variadas. Además, la música resulta estimulante y eleva nuestra energía. Otra vez, con media hora diaria alcanza.
- PILATES. Aquí la consigna es relajar el cuerpo y descansar la mente. Sin transpirar, distendiéndonos y con una especial atención en la respiración, esta actividad no exige más que movimientos lentos, suaves y controlados. La estabilización de los músculos centrales y una mayor flexibilidad y equilibrio, son resultados evidentes. Pero además una enorme cantidad de los ejercicios propuestos se realizan con las piernas hacia arriba y en constante contracción, por lo que una vez más encontramos otra propuesta ideal para favorecer el retorno venoso.