Un conjunto de cineastas de distintos puntos de la Argentina se reúnen en reflexiones poéticas y sensoriales sobre la coyuntura actual en “Las fronteras del cuerpo”, un largometraje propuesto por los realizadores Andrés Habegger y Nicolás Alonso, que se estrenará mañana, a las 20.30, por Canal Encuentro.
“Tiene que ver con el aquí y ahora y con una búsqueda de lo primario y esencial a través del cuerpo que filma y no de la mente”, expresa Andrés Habegger, también documentalista y docente, en entrevista con Télam, sobre el origen del filme que estará disponible hasta el 3 de mayo en la plataforma Cont.ar, luego de su estreno televisivo.
Un conjunto de cineastas de distintos puntos de la Argentina se reúnen en reflexiones poéticas y sensoriales sobre la coyuntura actual en Las fronteras del cuerpo, un largometraje propuesto por los realizadores Andrés Habegger y Nicolás Alonso, que se estrenará mañana, a las 20.30, por Canal Encuentro.
“No hubo más que un documento de convocatoria que planteó pensarse desde lo corporal, lo íntimo y autoral», explica el director sobre los participantes que inmediatamente empatizaron con las propuestas de cómo habitarse y de mirar a través del propio cuerpo.
Además de Habegger (“Amanecer”), participan de “Las fronteras del cuerpo” Ana Fraile (“Distancia”), Francisco Matiozzi Molinas (“Cercanía eterna”), Myriam Angueira (“Espacio sagrado”), Nicolás Herzog y María Mir (“Ping pong”), Nahuel Vec (“Urdir”), Mariana Russo (“Ammonite”) y Nicolás Macario (“Pan de mí”).
Conforman el conjunto de realizadores Valentina Llorens (“Grecia”), Mariana Belén Rodríguez (“Muro de pinos”), Mariano Raffo (“La espina”), Paulo Pécora (“Segundo piso, departamento 18), Silvia Di Florio (“Tiempos otros”), Melina Terribili (“Anochece”); Víctor Cruz (“我們. Wŏmen. Nosotros”).
Los micro-relatos que construyen “Las fronteras del cuerpo” al calor del aislamiento social, preventivo y obligatorio implementado hace 32 días como consecuencia de la pandemia de coronavirus, se filmaron entre el 5 y el 15 de abril, y en distintos puntos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santiago del Estero, Santa Fe y Neuquén.
Desde la urgencia de la cuarentena, los directores abren las puertas de su cotidianidad en forma de ensayos audiovisuales, filman ecos reflexivos y son protagonistas de sus propios encuadres; las cámaras son ojos que muestran lo que miran y recorren sueños y reencuentros, y cuerpos que se plantean en la necesidad de la otredad y en tensión con la naturaleza.
Las historias, registradas con teléfonos celulares o cámaras fotográficas y bajo la consigna “así miro/siento el mundo en este tiempo”, parte de la idea de que “la cuarentena -reflexiona el cineasta- nos ubica a todos en la misma situación. Es interesante ver cómo los cortos terminaron dialogando entre sí, aunque los autores no se conocieran previamente».
Télam: ¿El filme fue pensado como un cadáver exquisito?
Andrés Habegger: Es interesante porque no fue así, las pautas de convocatoria tenían que ver con los dispositivos, la duración, que no hubiera información periodística, que fuera autoral, que pudiera estar la voz en off, que primara el aquí y ahora, y pudieran mirarse desde el interior. No hubo orden a priori y al principio ni siquiera sabía cuántos iban a ser. Tenía un pre-listado de seis personas y a medida que avanzaba se me ocurrían más. Hay un componente afectivo fuerte en la elección de directoras y directores. Cada relato tenía su propia organicidad, así que vimos cómo dialogaban entre ellos y los ordenamos con Nicolás (Alonso).
T: ¿Qué reflexión se desprende de los relatos?
AH: Me encanta la perspectiva de diversidad en cuanto a las formas de mirar el encierro, a las formas de entender si es una limitación o una expansión, y los puntos en común relacionados con la entrada de la luz y la sombra, el tiempo y la particularidad de que los lugares más amplios también viven la sensación de encierro. No tiene que ver con la distancia visual, la sensación se percibe igual.
T: ¿Considera que el aislamiento reforzó otros mecanismos que busquen revincularnos?
AH: Absolutamente, el aislamiento es un momento único e inédito para repensarnos, y cada uno lo puede tramitar para un lado o para el otro, pero hay temas que son universales como el vínculo, del espacio, del contacto y de la interacción. Como documentalista, para mí, es esencial la mirada, el cuerpo, el espacio. Esta hibernación debería empujar una reflexión sobre cómo habitarnos y ser con los otros.
-T: ¿Podría haber surgido un proyecto como “La frontera del cuerpo” de no haber existido la cuarentena? El modo de filmar, ¿podría generar un debate hacia el interior de los trabajadores del cine?
AH: Creo que la situación de aislamiento y cuarentena es la que empujó. Para filmar, una situación de esta naturaleza te libera de responsabilidad emocional, de exigencia estética y de calidad. Estamos aquí y estos son los recursos que tenemos, le contamos a mundo lo que nos pasa y no cualquier cosa es susceptible de ser filmada. Creo que se va a abrir un debate super interesante a futuro sobre la industria, cómo es necesario filmar, las grandes y pequeñas estructuras… Después de esto hay algo del universo que espero salga modificado y del cine, de alguna manera, también.
Por Florencia Fazio – Télam