Cada vez es más frecuente que tanto fiestas como shows y eventos adopten nuevas medidas para favorecer a la comodidad del público y evitar situaciones que resulten en malas experiencias. Desde intervenciones de ONGs hasta personal que se “mezcla” entre el público: cuáles son las últimas medidas.
La responsabilidad recae en los productores u organizadores y en los dueños de los locales, pero crece cada vez más la conciencia colectiva del cuidado y el respeto por el otro. Eventbrite, la plataforma de venta de entradas e inscripciones a eventos entrevistó a organizadores y productores para conocer: ¿cómo shows, espectáculos y fiestas se están transformando para combatir el hostigamiento y la mala experiencia que puedan tener las personas al asistir a un evento?
Cuando se abordan temas como la seguridad en eventos, la mayoría giran en torno a la seguridad física, se centran en “la seguridad de arriba hacia abajo”: estrategias de alto nivel para el manejo de crisis y desastres, es decir, medidas de seguridad básicas, vitales y tradicionales pero que no representan la historia completa. Se pasan por alto otros elementos que hacen que los participantes se sientan cómodos: por ejemplo brindar más charlas sobre acoso, violencia y mala interacción (o inexistente) con los guardias de seguridad, el personal y/o entre los propios asistentes.
Diferentes shows, espectáculos y fiestas ya forman parte del cambio cultural que se está produciendo para combatir malas experiencias que puedan tener espectadores o participantes. Así, los productores y dueños de locales tienen una responsabilidad: garantizar no solo la seguridad sino también la comodidad.
En la actualidad, resulta impensado para las generaciones de jóvenes que sucedan faltas de respeto o situaciones de intolerancia dentro del ámbito de los eventos y los shows en vivo. Identifican rápidamente aquellos límites que no pueden cruzarse, y alineados con estas “exigencias”, los organizadores han decidido escucharlos.
¿Qué se está haciendo?
Las medidas que ya se usan para mejorar la experiencia del público:
Pequeños cambios en políticas y procedimientos implementados por organizadores están haciendo la diferencia y logran que los espectadores vivan experiencias inolvidables a las que quieran regresar.
Probablemente, algunos incidentes durante los eventos aún sean “invisibles” a los ojos de quienes están en posición de hacer algo al respecto. Pero hoy con la proliferación de redes sociales, es imprescindible que existan encargados de monitorear aquello que los asistentes tienen para decir. Alguien que se conecte con los interlocutores desde la empatía es clave para poder obtener el feedback necesario y tomar precauciones.
Hay una mayor escucha hacia los asistentes: se está destinando personal, muchas veces similar en edad y estilo de vida, que se conecta con el público en las redes sociales y forma comunidad, para tener contacto y acceso a las charlas que se generan en las redes en torno a los eventos.
El personal de seguridad ahora se encuentra más capacitado: otra de las formas que se han implementado es que el personal se “mezcle” entre los asistentes vestido de civil, para detectar situaciones y poder accionar a tiempo.
Franco Pisi Llaver es CEO en Flock Producciones, quienes organizan fiestas electrónicas a nivel nacional, y relata a las mismas como un “ambiente en el que ya hay una cultura del respeto por el otro, de cuidarse entre todos y de respetar el lugar en el que sucede el evento. Durante los shows interviene una ONG llamada -Vuelo Controlado- que se encuentra en coordinación con puestos sanitarios, y cuyos representantes se meten en el público y están atentos a lo que pueda precisar cada persona. Circulan con globos para ser vistos y buscan a aquellos que requieren de asistencia o información”.
Existen mayor cantidad de eventos que expresan los valores de los asistentes. Los valores están implícitamente representados en cada uno de los componentes de un evento: en los artistas u oradores; en la comunicación, señalización, e-mails, redes, fotos y cartelería vinculados a ese acontecimiento. Es muy común ver carteles, en lugares vulnerables – afuera de los baños, en las zonas de ingreso y egreso e incluso en la barra – con mensajes como: “Mandanos un mensaje de texto al xxx si tenés algún problema o si te sentís inseguro”.
En la reciente cumbre de hackers, Ekoparty, que se realizó en el Centro Cultural Konex, la premisa podía verse en carteles pegados por todas partes: “Si ves una situación que está mal, por favor hacénoslo saber”. Esa comunicación estuvo a cargo de DiG – Encuentros entre diversidad y género, consultora especializada en la temática y convocada para tal fin.
“Además de la cartelería, colocamos un stand para que todos pudieran acercarse espontáneamente y recibir información. Realizamos también una actividad lúdica y una encuesta, en conjunto con Ekoparty, para tener datos actuales sobre diversidad y género en ámbitos de tecnología”, cuenta la Licenciada en Psicología e integrante de DiG, Daiana Vainstein. Asimismo agrega que “es imprescindible contar con un código de conducta con perspectiva de género y mirada inclusiva a partir del cual se pueda tener acceso a la ideología de la institución u organización”.
Los artistas que se contratan, la distribución o disposición del lugar del evento y la manera en que el personal interactúa con el público, todos esos factores afectan a la percepción que el público tiene del evento. Un estudio de Eventbrite indica que el 80% de los millennials que van a ver música se ven más inclinados a ir a un concierto o a un festival en el que los artistas defienden el cambio positivo con su música, y un 79% va a eventos para expresar su apoyo a las creencias y valores de sus artistas preferidos.
La fiesta Bresh es otra de las opciones en la movida nacional que ha tomado especial relevancia en cuestiones de respeto, allí se respira la tolerancia y hits de los 80’s. Antonella Fiorucci es su encargada de Relaciones Públicas y comenta: “Los organizadores siempre nos mostramos para que puedan venir a contarnos lo que necesiten, desde nuestro lugar militamos educando y el objetivo es que todes se sientan cuidados. Esa confianza se va construyendo de a poco, que la gente pueda venir a la fiesta, disfrutar del espacio y sentirse segura.”
Fiorucci se muestra positiva ante el cambio: “Se puede ayudar a evitar estas situaciones sabiendo que no va a ser algo que se va a dar en lo inminente, sino que poder reconocerlo en algún momento se va a transformar en el “no pasa” y esa es una construcción en el día a día”.
En la misma línea, Vainstein afirma que “promover, incentivar y motivar prácticas cada vez más inclusivas, heterogéneas y diversas contribuye a que los ambientes sean cada vez menos hostiles y amenazantes para todas las personas y grupos, y que los intercambios sean cada vez más enriquecedores para todxs.”
Garantizar la comodidad y seguridad de los asistentes, ya sea en boliches, shows en vivo u otros eventos, debe abordarse desde la oportunidad para mejorar la experiencia de ellos y asimismo, de participar en el cambio cultural que está sucediendo. Escuchar aquello que los participantes tienen para decir siempre será el primer paso. ¿Con qué sensación quieren que los espectadores se vayan luego de haber participado de un evento? Y quizás lo más importante de todo: ¿Cómo quieren que los asistentes se traten entre ellos?, son preguntas que están comenzando a instalarse en la agenda de los encargados de llevar adelante cualquier tipo de evento.