La hipertensión es una enfermedad crónica y como tal debe ser detectada, tratada y controlada. En el 99% de los casos, la hipertensión es de origen desconocido y se denomina «Hipertensión arterial esencial», el restante 1% es por causas específicas como: ciertas medicaciones, consumo excesivo de alcohol, enfermedades renales o estenosis de la arteria renal. También se produce por trastornos endocrinológicos (Cushing, feocromocitoma, hiperaldosteronismo, hipo e hipertiroidismo), síndrome de apnea de sueño o coartación de la aorta.
En la mayoría de los casos no presenta síntomas y es un hallazgo cuando se la detecta en un examen médico. En las crisis hipertensivas (donde se presentan valores muy elevados de tensión arterial) los síntomas pueden ser desde cefalea, nauseas, vómitos, confusión, alteraciones de la visión o sangrado nasal. La hipertensión no tratada puede generar lesiones a diferentes niveles, en los «órganos blancos», como el corazón, las arterias, los riñones y la retina. Si bien, esta enfermedad no es hereditaria, cuando existen antecedentes familiares de hipertensión arterial, se considera un predictor importante.
LA PRESIÓN MÍNIMA Y MÁXIMA: DIFERENCIAS
La presión arterial normal en mayores de 18 años es de 120-129 mmHg de sistólica (máxima) y 80-84 mmHg de diastólica (mínima). Se detecta un incremento significativo del riesgo asociado a valores mayores de 140/90 mmHg, esos parámetros se consideran el umbral para el diagnóstico.
La Dra. Cabello explica que una vez diagnosticada la hipertensión arterial se recomienda realizar diversos tipos de análisis, como laboratorio completo con orina de 24 horas, electrocardiograma, ecocardiograma Doppler color, eco Doppler color de vasos de cuello y fondo de ojo. También se debería realizar: radiografía de tórax, ecografía renal y ergometría de 12 derivaciones.
LA PREVENCIÓN
Mantener un estilo de vida saludable es una forma de prevención para disminuir la morbimortalidad cardiovascular global. Además el sobrepeso u obesidad, si bien no son causantes directos, están considerados un factor de riesgo para el desarrollo de hipertensión. Es importante mantener una dieta hipocalórica adecuada rica en frutas, verduras y lácteos descremados. La especialista del Centro Médico Deragopyan sugiere: “mantener el índice de masa corporal entre 18 y 25 kg/m2, perímetro de cintura menor de 108 cm en los hombres y 88 cm en la mujeres”.
La actividad física aeróbica periódica, es otra manera de prevención. Realizar caminatas sostenidas de 30-45 minutos, 4 a 6 veces por semana, induce un descenso de 6 a 7 mmHg de la presión arterial tanto diastólica como sistólica, independiente del descenso de peso. Además, aconseja que “es muy recomendable la supresión del tabaquismo ya que si bien la relación entre el hábito de fumar y el desarrollo de hipertensión arterial no está comprobada, la interacción de esta enfermedad con el tabaco cuadriplica el riesgo cardiovascular”, finaliza la Dra. Cabello.